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1978-2025

47 años de buenos momentos

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Allá por el invierno del 78, Pinamar era un pequeño pueblo de apenas unos mil habitantes, y en el norte no había más que médanos, pinos y tamariscos.  En ese entonces Marcia junto a su hijo José María,  construyeron con mucho esfuerzo un pequeño bar de madera con 14 carpas. Esa temporada, comenzaba una gran historia; nacía Posta Norte, un balneario que desde hace 3 generaciones reúne todos los veranos a familias y amigos de todo el país.

1978

Marcia Ares,
13 de Noviembre de 2018.
Pinamar, Argentina.

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Recibo arena... devuelvo un castillo... me quedo para siempre...

 

Fué en el jabón de mi mamá que lavó ropa ante mis ojos con inagotable esmero, donde sentí las olas y su espuma por primera vez...

Allá... en mi San Isidro querido. 

Es esa imagen de constancia, rutina, esfuerzo y alegría mi más preciado e inagotable combustible hasta hoy.

Manos, poder, agua, blancura, prudencia, esperanza, y por encima de todo... el volver a empezar con ritmo,  en cada instante, tal como lo hacia ella, mi mamá, con cada prenda.

Así, con esos -materiales- que forjaron mi espíritu despunto mi vocación por construir castillos en la arena en este Pinamar que me arrasa, conmueve y remonta.

Castillos pa q´ otros , príncipes y princesas: mis clientes y amigos disfruten temporadas inolvidables...

Es que mi castillo siempre fue de otros y especialmente diseñado para Ustedes que cada año le dan vida con las más excepcionales fiestas de sol y playa.

Recibí arena... devuelvo castillos...

A la sombra, en tumbonas con vista al mar y desde el mar acunado en medio de una bravura infinita es que cobra realidad una escenografía. Escenografía que sabe de costura, esfuerzo , manos, pintura, lavado y tantas tareas que surgen ostentosas cada día, cada instante de disfrute por Ustedes, mis amigos, mis clientes, ...mi familia...

¿Cómo pasaron esos quince años de La Posta y  40 años ininterrumpidos de concesionaria de Posta Norte? me pregunto al realizar esta crónica. 

Mi única respuesta es , no pasaron. Están y resucitan hoy y siempre. Todos juntos en mí y en Ustedes, en mi hijo y en mis nietos, y en hasta los bisnietos de Uds. y los míos que lleguen. En un Moebius infinito.

Están por cierto las manos de mi madre entrelazadas en la espuma formando red de pesca de amorosos corazones que con todo el equipo de colaboradores dan vida conmigo año a año a nuestro querido balneario.

Para mí y por Ustedes, para Posta Norte, nuestro castillo... la fiesta recién empieza. 

La Gallega.

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